domingo, 7 de octubre de 2012

Esto es todo, amigos…


El Faraones terminó en las pirámides. No en éstas, eh!
Terminó el Rally Faraones 2012. Hoy decíamos que se nos ha pasado toda una semana muy rápidamente. Sí. Muchas veces en la oficina esta misma fracción de tiempo, una semana, cuesta taaaaaaaaanto pasar que cuando llega el fin de semana estamos agotadísimos, y no tanto por lo físico, sino por lo psicológico.
Desayunando en el desierto blanco.
Pues aquí, nada de eso. Bueno, si, en lo psicológico, el maldito Karim (de EgyptSat) me remató ayer nuevamente. Si hace un par de días me fue casi imposible conectarme para meter el blog y a duras penas pude enviar la crónica y la media docena de fotos que ilustran diariamente la noticia del Rally Faraones en la web de SoloOffRoad, ayer me desenchufó el cable cuando estaba metiendo la crónica y me dejó sin ganas de hacer nada más. Tenía la impresión de que el chaval estaba intentando hacer lo máximo para satisfacer nuestras necesidades (profesionales, se entiende, que es la de poder conectarnos para enviar nuestro material), pero ayer cambié de opinión al respecto, y como he podido darme cuenta aquí en Egipto, nuestros estándares y los de aquí están a años luz. Son buena gente, pero se pueden hacer las cosas con más diligencia.
Así que os quedasteis sin blog. Le podéis pedir explicaciones al tal Karim.
Teníamos que irnos antes de medianoche porque queríamos dormir a un centenar de kilómetros de Baharija, en pleno desierto blanco. Un paraje sin igual, donde las figuras de cal se levantan como estatuas. Es impresionante, parece un paisaje lunar… blanco. Ahí dormimos a la luz de la luna ya no tan llena como dos días anteriores, pero con un cielo despejado donde Edo nos mostró las principales estrellas.
Tiré la 2” y tuve mi apartamento preparado en segundos, cierto. Pero antes de acostarme hice una prueba. Una prueba que, según me han dicho los que la han visto, gusta mucho. Pues eso. Hice una prueba y el resultado lo estáis viendo. Escribí Pharaons en una foto. Y no, no usé el Photoshop. Es curioso que algunos fotógrafos me preguntaran cómo la hice!! Y eso que la cámara era una compacta. Eso sí, con un buen objetivo, que es muy importante.
Nos levantamos no tan temprano como los otros días, pero casi, y preparamos el desayuno: café, panecillos y unas lonchas de jamón serrano, chorizo ibérico y ‘llonganissa’ catalana que fue la sensación del día. Le dije a Edo de abrir una botella de Rioja que me habían regalado, y le sonó raro tomar un vasito de vino con el desayuno… Ahora que ya sabe el gusto que tienen las cosas, repetirá en más de una ocasión.
Ramón tuvo que abandonar el rally.
Edo tuvo que pisarle al acelerador para poder llegar a tiempo al punto donde queríamos hacer las fotos porque íbamos justitos. Pero a pesar de ello, llegamos y, aunque no fue una gran jornada, cada uno puso de su parte para que el resultado final no fuera malo.
Cuando llegamos al vivac y pasé por el hospital de campaña vi a Ramón Gutiérrez en la camilla, atado. Se cayó y se dañó en las cervicales y tuvieron que llevarlo a hacer un escáner a Baharija. Una lástima, porque de los españoles privados, era el que tenía mayor experiencia. Y un buen tío, sí señor el leonés.
Como he dicho, justito pude enviar la crónica y las fotos y me quedé sin conexión de sopetón, así que cerré el ordenador y preparé todo para volvernos a El Cairo. En el viaje se nos pinchó una rueda, armando un estruendo bestial. Entre los cuatro cambiamos la rueda, con orden, claro. Cada uno hacía una cosa y en poco tiempo estábamos otra vez en marcha. No perdimos más de veinte minutos. Vaya que un día de estos, me veo cambiando las ruedas a los Hispania Racing Team en la Fórmula 1…
Llegamos al hotel a las 4 y no pudimos entrar a la habitación hasta las 5 porque uno de los conserjes no le dio la real gana de darnos una llave para meternos en una habitación. No detallo lo sucedido porque fue un poco desagradable. Al final conseguimos irnos a la cama y dormir unas cuatro horas, la tónica en este rally…
Despertar en el Desierto blanco.
Hoy sábado se ha celebrado la última etapa, con final en el llano de las pirámides. Emocionante ver cómo llegaban los pilotos y lo contentos que estaban de terminar la carrera. Me han hecho subir a un camello de los que están hartos de subir a turistas. Yo me quedo con la moto. Es más noble.
La habitación que nos dieron, finalmente.
Por lo demás, pues nada. A trabajar y trabajar y luego la ceremonia final de entrega de premios donde ha sonado el himno español por Joan Barreda. Jordi Viladoms, también en el podio ha logrado el subcampeonato. El título ya se lo había llevado Marc Coma y no le hizo falta venir a correr este Faraones. El himno que ha sonado, por cierto, no sé si lo han sacado de internet o qué, pero habría que perseguir a según qué versiones. ¡Dios! ¡Qué atentado! Igual se vengaron de lo de El Jueves…
Bueno, llega la hora de hacer el balance final de este Faraones. Y tengo que decir que muy pocas veces me lo he podido pasar tan bien como aquí. Desde la primera vez que vine siempre me he sentido como en casa. Por la gente, por el ambiente, por los paisajes, por el deporte y por mi pasión, que es contar tan mal como sé las cosas que veo.



Siento haberos entretenido una semana con chorradas, quizás, pero creo que a algunos pensamientos habría que acabar de rebuscar su significado real en el fondo de esas letras juntadas sin ton ni son por un redactor que hace lo que puede.
Hasta el próximo… ahora-vuelvo!

jueves, 4 de octubre de 2012

Comunicación


Hoy, el tema del día es la comunicación. Obvio. Y es que ayer me quedé con las ganas de poner una nueva entrada en el blog, que ya he colgado. Más vale tarde que nunca.
Y es que ayer, como ya os comenté, sufrí el problema de la conexión a internet en mis carnes. Por suerte pude enviar la crónica de la web de solooffroad.com, pero el blog se quedó en el escritorio del ordenador porque no hubo manera de conectarse a internet. Estuve esperando cuatro horas, y nada. Incluso el técnico de EgyptSat me dejó su ordenador, que funcionaba igual o peor que el mío… Eso provocó en mí una sensación de frustración que, afortunadamente, terminó cuando me metí dentro de la tienda de campaña. Y es que no es bueno machacarse mucho aquí en el desierto, o sea que… a descansar cuerpo y mente.
Edo, a mitad de rally. Cansado es poco.
Nuevamente nos hemos levantado temprano, pero hoy nos hemos permitido el lujo de dormir media hora más, porque íbamos cerca de la salida de la especial. Hemos hecho 15 kilómetros en busca de un punto donde había una pista con fesh-fesh, que es un tipo de arena muy blanda, digamos que entre polvo talco y harina. Al pasar los vehículos se levanta una polvareda importante y ese polvo puede acabar destruyendo los filtros de aire. Las imágenes son espectaculares, sin duda.
Aquí, los tres, avistados por uno de los helicópteros.
Jean Louis Schlesser, pasando por una zona de fesh-fesh.
Allí hemos vivido una situación cargante, cuando han pasado unos vehículos que siguen el rally, pero sin competir, y han parado allí donde estábamos. Uno de los conductores se ha metido en el tiro de cámara de Patrick, y el francés le ha pedido que, por favor, saliera de esa zona, y el tío va y dice que no. Se ha plantado allí sin querer salir. Y es que en todas partes hay imbéciles que se creen los amos del mundo con derecho a hacer lo que les plazca.
Pero no ése no es el único que nos hemos topado hoy. Cuando hemos vuelto al vivouac he salido con Cristiano, el fotógrafo de la organización, hacia la parte final del segundo sector, donde había una duna importante. No teníamos el punto GPS para llegar hasta ahí, pero lo hemos pedido por WhatsApp y nos lo han dado. Hemos introducido el punto en un GPS que nos han prestado y el chófer ha salido hacia allí. Bueno, no. Ha salido hacia donde él ha querido. “Yo ya sé cómo funciona un GPS”, nos dice, pues vale, no vamos a discutir, verdad? Pero el  hombre no sé qué ha hecho que hemos acabado dando una vuelta de tres pares de narices. Cuando, evidentemente, NO ha encontrado la referencia del roadbook donde él creía que estaba, hemos vuelto hacia atrás y el hombre se ha dado por vencido rápidamente al ver las trazas, que estaban en una dirección opuesta a donde él iba… Vaya, otro crack.
¿Veis algo que sobre en esta foto?
Desierto. Nada en kilómetros.
Pues bien, siguiendo con cracks, en la última duna de esta cuarta etapa del Rally Faraones nos hemos topado con unos polacos que se hacen pasar por periodistas pero que no lo son. Son mánager, amigos y gente que colabora con el equipo de pilotos polacos para hacerles fotos y videos. En la sala de prensa ya han despertado bastante antipatía por su mala educación y prepotencia. Son engreídos y encima, cuando les dices algo, te contestan un “I don’t understand”. Nada, pues a seguir así… Uno de ellos se ha metido en el campo de visión de la mayoría de fotógrafos que estábamos apostados en la bajada de la duna, con lo cual ha salido en todas nuestras fotos. Él ha dicho, cuando le hemos reprobado que se colocara en lo alto de la duna: “vosotros también salís en mis fotos”. Olé! Uno contra todos… y viva la estupidez. Estos son los que reclaman una línea de internet a gritos por la sala de prensa, cuando ellos la utilizan para enviar vídeos súper-pesados (para las imágenes de video hay otro servicio, y hay que pedirlo con tiempo, cosa que no hicieron). En fin... que no nos hemos comunicado con ‘el pájaro’ porque si uno no quiere…
Equipo de cámaras de TV. Geniales: Patrick, Marc y Claude.
Y es que el no poder comunicarse estos días está presente en cualquier momento.

Espero que os haya comunicado algo! Si no, vaya blog...





Adele sonando en el desierto blanco

Salimos cargaditos a las 5 de la mañana.

Tercera etapa del Rally Faraones. La más larga para los pilotos y para nosotros también. Ellos han tenido que recorrer un total de 581 kilómetros por pistas, dunas, fuera pistas y zonas bacheadas, y nosotros algo más de 350, por carretera que es la distancia aproximada que separa los vivouac de Tibniya y Abu Mingar. Sin embargo, para poder tener fotos de la jornada, hemos tenido que adentrarnos unos cincuenta kilómetros, que no es poco cuando se trata de pistas. Los punteros van a más de 130 por la arena, y nosotros a 80 cuando vamos a fondo. 
El punto GPS. Poca cosa. Escogimos otro lugar.
Hemos atacado una duna y casi nos metemos las maletas por sombrero! Bueno, sin el casi. A María Francesca y Patrick, que iban en el asiento de atrás, les ha caído una par de bolsas encima. Yo voy de ‘copi’, cantándole las notas a Edo. Bueno, lo de ‘cantar’ es un decir, pero sí que le he dado algunas indicaciones que le han servido. Estoy satisfecho.
A pesar de levantarse a las 4 de la madrugada (y van 3 días, por el momento) y salir pitando a las 5, hemos ido un poco justito y cuando hemos llegado al waypoint marcado en la zona de dunas, no había mucha historia, con lo que decidimos dar media vuelta y buscar otro paisaje. Nos hemos parado en un lugar que no es que fuera una maravilla, pero ha dado alguna foto chula.
Cuando hemos acabado Patrick y yo hemos grabado un ‘spot’ que pasarán por la noche durante el briefing de participantes. La idea ha sido del francés que no es la primera vez que se le ocurren locuras del tipo. Tenéis que ver la foto para imaginaros el resto…
De vuelta hemos entrado en una zona de paisaje extraordinario: el Desierto Blanco de Farafra, mientras iba sonando Adele a través del teléfono. Os dejo con el video. Imaginaros a toda castaña pasando por esta maravilla.
Hemos aprovechado para parar en una montaña de cristal de cuarzo al pie de la carretera y estirar un poco las piernas. Continuando el viaje hasta Abu Mingar hemos pasado por varios pueblos, en uno de ellos, un chaval ha hecho el intento de tirarnos una piedra. El otro día, en Baharija un niño nos tiró, con una honda, una, y de no ser porque llegábamos tarde al vivouac…! Una lástima, porque la mayoría saludan y agradecen el paso de la caravana de la prueba por sus pueblos, que también dejan ganancias a la región. Sin ir más lejos, uno de los camiones de asistencia iba cargado de sillas de paseo infantiles gracias a la ONG italiana ‘Energia e sorrisi’. Es una de muchas acciones que se llevan a cabo para intentar dar algo más de riqueza a la zona por donde pasa el rally.
Mi chaleco, el primero en la tienda de prensa.
Al final hemos llegado al bivouac y en la sala de prensa casi no había nadie. Bueno, como podéis ver en la foto, mi chaleco ha sido el primero en ‘tomar posesión’ de la mesa. He podido trabajar mejor, más relajado, con más tiempo… pero claro, las conexiones son bastante pésimas. Esto cada vez se hace más grande y algunos equipos envían a gente como periodistas para que envíen vídeos a través de la línea que nosotros utilizamos. Evidentemente, colapsan las líneas y éstas se tienen que reiniciar cada dos por tres. Dependiendo de Mr Wi-Fi, pues no es que dé para mucho la hora de trabajo…



Cristales de cuarzo en el Desierto Blanco.

Desierto blanco de Farafra. Espectacular.

Patrick, en el clip que grabamos. Risas.
Buenas noches!

((esto  lo escribí ayer y lo publico hoy. Es lo que tienen las conexiones via satélite en medio del desierto. Unas veces no van y otras, tampoco))


martes, 2 de octubre de 2012

Un buen día


'Bottu' me ha prestado su tienda.
Buenas noches. Hoy he tenido un buen día. 
Caída justo enfrente mío.
Y eso que no era fácil, ya que no pude dormir demasiado; al final ayer acabé mandando la noticia al blog a las tantas de la noche y me metía en la tienda a las doce menos cuarto para levantarme a las cuatro de la madrugada para pasar por la ducha, hoy puedo decir que he tenido un buen día. Mientras estábamos desayunando, la canción de Joan Manuel Serrat no era lo que me venía a la cabeza, precisamente, sino algo pesado… tanto que he tenido que ir a buscar una pastillita para ver si se me pasaba el dolor de cabeza. Y es que creo que me pasé media noche oyendo los motores de los generadores funcionando y, encima, en la tienda se me coló una mosca que me ha estado dando “pol” saco, lo que quedaba de noche… 
Así hay que hacer para dar la vuelta a la moto.
Y mira que esta vez la tienda es mucho más grande que las anteriores ocasiones, ya que le pregunté a Jordi Arcarons si podía llevarme mi tienda en su furgón. No me dijo que sí, sino algo mejor: que me traería una de las del equipo Bordone-Ferrari (donde corre Jordi Viladoms). Y resulta que esta tienda es una 2seconds pero tamaño Alessandro Botturi, o sea una XXXL. El bravo expiloto de enduro y brillantemente estrenada carrera en el mundo de los raids, con quién hemos compartido buenos momentos, tiene un sentido del humor excelente, tanto que hasta ha bautizado su tienda: ‘Botturi rifugio’.
Para subir la moto, ponerse de espaldas y trabajar las rodillas.
Hoy, decía, he tenido un buen día. Fotográficamente, digamos. Hoy hemos ido a unos cuantos kilómetros adentro en la especial, buscando unas dunas y las hemos encontrado. Un lugar agradecido para trabajar, y más en la compañía que lo he hecho. Patrick y yo no hemos parado de reírnos durante las cuatro horas que hemos estado en lo alto de una duna, esperando el paso de los pilotos. Además de sacar buenas fotos de acción, también he hecho de algunas caídas, que os enseño, algunas espectaculares.
Una caída de lo más tonta, la ha tenido Jordi Viladoms, que a falta de veinte metros para llegar al último control, el de la llegada, se ha caído mientras hablaba, en marcha, con el noruego Pal Anders Ullevalseter. Un ‘crash’ a 20 por hora, pero que ha servido suficiente para rayar la moto y romper la visera del casco. “No podía parar de reír”, me reconocía Ullevalseter.
Hay que tirar de la moto del manillar o de la rueda.
He visto que en carrera algunos pilotos se olvidan de los consejos que te dan cuando te inicias en esto de los raids. Más que nada porque para sacar la moto de un apuro puedes acabar quemando todas las energías que te quedan, que en algunos casos pueden ser muy pocas. Por ejemplo, si se queda la moto trabada en la subida a una duna, hay que voltearla y girarla. O si se ha caído, levantarla con la espalda contra la moto, haciendo fuerza con los pies y no con la espalda. 
Jordi, arreglando su casco maltrecho por una caída.
Toda esta teoría se la debo a Jordi Arcarons, mi ‘maestro’ particular a quién le debo muchos conocimientos adquiridos, tanto prácticos como teóricos en el mundo de los raids. Hoy le he dado algunos de esos consejos a un piloto español para que no termine como el japonés que no dejarán salir mañana porque ya lleva dos días acabando deshidratado por culpa de las caídas y del esfuerzo realizado para volver a la carrera. Y es que hoy han caído varios pilotos. Algunos donde estaba y en otros sitios más. Seguro que yo he tenido un mejor día que ellos. Seguro.
Ah, y mi Barça va ganando al Benfica en la Champions!!! Eso sí que es terminar el día perfectamente!
El piloto japonés que no saldrá mañana por deshidratación.









Otra caída espectacular.

lunes, 1 de octubre de 2012

Día largo, noche corta


Con las pirámides de recuerdo. 
Ya estamos en el oasis de Baharija, en medio del desierto egipcio. Como os dije, el día empezó temprano: a las 4 de la mañana sonó el despertador. Ducha, recoger las cuatro cosas que quedaban pendientes de meter en la maleta, hacia el comedor a desayunar y al coche. Eran las cinco que salíamos del Hotel Mövenpick hacia las pirámides.

Una hora antes que el año pasado, y lo hemos notado en el tráfico: mucho menos. No se ha hecho tan estresante llegar hasta el pie de las famosas Keops, Kefrén y Micerinos. Bueno, de hecho, hemos llegado de los primeros, justo detrás del coche de la organización y los primeros pilotos.
Hemos entrado a la pirámides antes que ellos.
En la explanada quién más quién menos ha aprovechado para sacarse fotos con el precioso fondo. Evidentemente, yo no podía ser menos. ¡Le debo la foto con las pirámides de fondo a mi hija Itziar! Si no la pongo, no se cree que estoy en Egipto. Y luego, a la vuelta, todo el mundo en el cole van a preguntarme por las pirámides. Imaginaos el lío…
Nuestro vehículo de prensa, el número 1, lo conduce Edo Bauer, el jefe de prensa, y en él también están Patrick, un cámara genial, desternillante, y también la asistenta de Edo, Maria Francesca, que viene a sustituir a Marilín, que, como ya os he comentado en otras entradas, se ha quedado en su Chile. Eso sí, siempre con el corazón partido…o compartido…
Tráfico en El Cairo. Caótico.
Allí, algunos fiascos. Como el del español Luís Calderay, que ha visto a Viladoms y ha decidido seguirle. ¡Jordi ya había salido y él aún no! Ha perdido tiempo, pero al final no le han penalizado. Y es que salir del recinto de las pirámides es complicado. La mayoría de pilotos se han perdido, y con ellos, los vehículos de prensa y asistencias… Nosotros al final hemos decidido salir por donde hemos entrado, que nos ha parecido lo más lógico, ya que dar vueltas sin ton ni son no nos gusta.

Vehículo parado en la estación de servicio. Buen rollo con España


Hemos parado en un área de servicio… bueno por decir área de servicio, que es lo más parecido a lo que conocemos nosotros, a tomar un té. Y luego hemos seguido hacia el inicio de la especial, que quedaba cerca de la carretera principal, a tomar unas fotos. De allí hemos buscado un punto en medio del desierto, donde tenían que pasar los pilotos y, bueno, lo hemos encontrado, pero hemos tenido la mala suerte que los primeros cinco pilotos, que iban en grupo, han pasado cuando estábamos aparcando… Y luego, hemos estado media hora esperando al siguiente… cosas que pasan. Nadie, sin embargo, se ha puesto nervioso.
Patrick ha aprovechado el viaje para echar una cabezadita.
El desierto parece calmar, más que estresar. Quizás habría que venir aquí con mayor asiduidad.
Lo que ha pasado hoy es que hemos llegado tarde al bivouac. Eran las cinco de la tarde y los equipos de edición de las imágenes de televisión ya habían
llamado para ver cuánto tardaríamos. (Nosotros llevábamos a Patrick, el cámara, os lo he dicho) Yo he seguido al pie de la letra mis propios consejos, y al he podido enviar, que no ha sido nada fácil, pero internet en medio de la nada no es nada fácil y algunos se han puesto muy bordes exigiendo una conexión rápida. ¿Pero qué esperan? ¡Habrá que recordarles que están donde Cristo perdió las botas!
Trabajos en la Sala de Prensa ampliada al vivouac...
Bueno, gente, os dejo por hoy, que el día ha sido largo y hay que intentar recuperar. No creo que me vaya a la cama antes de las 11, y mañana otro madrugón: 4 y cuarto. Hemos ganado 15 minutos… ¡pero es que ya estamos en la salida de la especial! Y esto tiene explicación: ha habido un problema con el suministro del gasóleo y nuestro coche tendrá que ir a repostar a Baharija, que está a unos kilómetros del vivouac y vamos a perder un tiempo precioso… Cosas que pasan en el desierto.
Hasta mañana.